La autora de este blog tiene un pasado y un presente muy parecido al
tuyo. Después de dar mil vueltas, haber estudiado mi carrera, mi master,
mi diploma en el extranjero, mis idiomas y haber acumulado una
variopinta y desordenada experiencia laboral, me ví con 30 años y sin
aquel trabajo con el que me imaginaba viviendo una vida independiente y
estable cuando empecé la universidad.
No tenía una vocación ni un
don clarísimo para nada en particular, aunque me encantaba la comunicación y eso lo sabía. Como suele decirse valía para un
roto y un descosido, pero eso, a decir verdad, no suele venderse muy
bien en las entrevistas de trabajo. Estudié Comunicación Audivisual y
después de dos años trabajando en prensa escrita como redactora, decidí
que aún estaba a tiempo de escapar de la precariedad y me saqué el
recién estrenado título de Master en Formación del Profesorado , mientras empezaba a meter la cabeza en el mundo de la comunicación online.
Después de dos años compaginando trabajos en comunicación, decidí auto
exiliarme y volar a Irlanda, donde al menos aprendería inglés.
Tuve
mucha suerte y allí pronto encontré trabajo y a los cuatro meses estaba
trabajando en Google Maps verificando la información de los mapas y muy
pronto, coordinando al equipo de "mentores", dentro del equipo de
Formación de la empresa.
Mi inglés mejoró rápido y después de dos
años ya no tenía la excusa del idioma para no encontrar una profesión
que tuviera algo más que ver con mis intereses. Dejé el trabajo y me
puse a darle vueltas a qué quería hacer con mi futuro. Quería poder
buscar de una vez un camino donde me sintiera segura de mí misma y que
me diera para vivir dignamente el resto de mi vida. Si no lo lograba,
tiraría la toalla y me haría ama de casa, con la tranquilidad completa
de que lo había intentado.
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